En nuestro cuerpo existen unos calmantes (opiáceos) naturales que nos ayudan a aliviar el estrés y aumentar el placer. Son unos químicos en el cerebro que se denominan endorfinas y se activan cuando te ríes, comes chocolate e, incluso, al contar un chisme, ellos son los causantes de que te sientas feliz y eufórico.
Son muchas las formas que tienes para aprovechar tus endorfinas y disfrutar de la vida potenciando sus efectos. Por ejemplo:
Come un pedazo de chocolate: seguro has notado que cuando saboreas chocolate algo parece levantarte el ánimo. Eso se debe a que tus endorfinas te ayudan a relajarte.
Prefiere el chocolate oscuro, en pequeñas dosis (un cuadrito de una barra) que es más natural y contiene menos azúcar y lácteos.
Saborea picante: tus endorfinas se estimulan cuando te llevas a la boca pimienta de cayena, jalapeños y otro tipo de ajís. Ellos contienen capsaicina causante de que cuando pasa esa primera sensación de ardor después de comer un pedazo de ají, te sientas contento.
Ríete a carcajadas: busca razones para reírte. Hacerlo sacude tus endorfinas y hará que inmediatamente te sientas mejor física y emocionalmente.
La risa te alivia del estrés, es la mejor terapia natural para divertirte. Ten sesiones de risa tan frecuentemente como te sea posible. Comparte un chiste o encuentra algo verdaderamente divertido para aprovechar las risas al máximo.
También puedes sonreír por medio de un gesto que involucre todo tu rostro, incluyendo los ojos. Es casi imposible de falsificar y solo se produce cuando te sientes realmente feliz.
Practica actividades temerarias: son aquellas que extreman tu adrenalina y disparan tus endorfinas. Qué tal si te mides al puentismo, paracaidismo, aeromodelismo u otras prácticas de caída libre.
Estas actividades son una forma emocionante de buscar diversión pero no necesariamente debes convertirlas en parte de tu cotidianidad para estimular tu estado de ánimo al activar tus endorfinas.
Existen otro tipo de acciones que puedes desarrollar para darle el “sacudón” a tus endorfinas:
Consume ginseng.
Huele extracto, una vela, loción o aceite esencial de vainilla.