«¡Cinco minutos más!», «en un rato me levanto» y «¡tengo mucha pereza!» son frases que tal vez hayas utilizado para evadir el ejercicio. Esos cinco minutos, se te convierten en horas de descanso, ese ya me levanto te ocasiona una sensación de pereza y por lo tanto, te convierte poco a poco en una persona sedentaria y para nada saludable.
En efecto, la falta de movimiento o ejercicio en tus hábitos y rutina te puede hacer padecer de enfermedades tan graves como el sobrepeso o la diabetes. Si no gustas de ir al gimnasio o no te llama la atención hacer algún deporte, ten en cuenta estos trucos para que hagas el mínimo ejercicio diario y tu organismo se mantenga vital y enérgico:
Cuando tu organismo está expuesto a largas jornadas laborales o a arduas horas de desvelo, empieza a tomar las reservas de azúcar y nutrientes del cuerpo, ocasionando debilidad, malestar general y desaliento. Si estás acostumbrado a dormir hasta las 12 del día o después de esa hora, es necesario que realices un cambio radical en tu rutina. Si no trasnochas al día siguiente tendrá energía suficiente para afrontar todos los retos como si fuera un viernes.
El ejercicio es fundamental para tu organismo, le quita esa desagradable sensación de estrés, lo mantiene en forma y le ayuda a reducir a la mitad el riesgo de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes y algunos cánceres. También puede reducir el riesgo de padecer osteoporosis, así como aliviar dolores de espalda y reducir el dolor de la artrosis.
La Organización Mundial de la Salud debido al alto índice mundial de sedentarismo, realiza las siguientes recomendaciones específicas en la frecuencia, duración, intensidad y tipo de actividad física a través de 3 categorías de edad:
Para los niños, la actividad física consiste en realizar deportes en los cuales se les incentive a ejecutar rutinas de ejercicios programados y actividades recreativas en un entorno familiar y comunitario, con el fin de mejorar sus funciones cardio respiratorias y musculares. Como mínimo los menores deben realizar actividades de 60 minutos diarios o durante 3 veces a la semana.
Para los adultos, la actividad física consiste en realizar ejercicios como caminar, montar en bicicleta, juegos o deportes que cubran los momentos de ocio con el fin de mejorar la salud ósea y reducir el riesgo de enfermedades como depresión, diabetes, hipertensión y sobrepeso. Como mínimo deben realizar jornadas de ejercicio de 150 minutos semanales o bien de 75 minutos de actividad física aeróbica cada semana. Si se tiene una mayor cantidad de tiempo libre podrían realizar 300 minutos semanales, buscando el fortalecimiento de los grandes grupos musculares.
Para este grupo de personas la OMS recomienda que dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas o bien actividades vigorosas en un tiempo de 75 minutos semanales. El ejercicio deberán realizarlo en sesiones de 10 minutos como mínimo, recomendado y supervisado por un especialista.
Debido a las malas costumbres y malos hábitos, nuestra mente permanece en constante estrés, discutimos con varias personas en el día y a veces no soportamos que nos miren, ni nos hablen. Ejercicios de meditación como el Yoga o el Pilates van a contribuir al fortalecimiento y elasticidad de nuestros músculos, y ayudan a bajar los índices de estrés, ansiedad, depresión y ese mal humor, que lo único que ocasionan en nuestro organismo es a enfrentarnos con enfermedades del corazón y cardio respiratorias.
El Yoga, Pilates y Tai Chi, son fundamentales para la flexibilidad y agilidad. Consisten en estirar y relajar el cuerpo en varias posturas, ayudan a tener una respiración consciente, estimulan la relajación y mejoran la circulación, el equilibrio y la postura. Comienza por indagar en la web por algunas posturas de yoga, mucho mejor, si asistes con un profesional. Con estas prácticas seguro te darás cuenta de los cambios positivos en tu vida.
El primer paso para cambiar el sedentarismo es la dedicación, así que de tu fortaleza dependerá el cambio. Puedes convertirte en la persona que siempre quisiste ser. Comienza por una rutina física estructurada mediante ejercicios aeróbicos moderados como caminar, correr o andar en bicicleta (no te extralimites, ya que si haces mucho ejercicio el primer día, odiarás volver a hacerlo debido al dolor en tu cuerpo). Otros ejercicios que puedes hacer son:
Sigue estos prácticos consejos y compártelos con esa persona sedentaria que necesita cambiar de manera radical esa rutina. Empieza poco a poco para que tu cuerpo vaya adquiriendo la fuerza necesaria para realizar actividades físicas con mayor intensidad. Todo depende de tu dedicación, amor propio y fortaleza. Pronto verás que el ejercicio se convierte en tu mejor actividad para reflexionar, meditar y estar en paz con tu mente cuerpo y espíritu. Además notarás mayor vitalidad en tus labores diarias y te mantendrás en forma.
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